El valle Misterioso

Nuevos descubrimientos en un misterioso valle inexplorado

Para seguir avanzando en la búsqueda de Hatun Vilcabamba en julio de 2003 regresé allí, con apoyo del Grupo Santiveri, con la intención de llegar a Patibamba por la zona alta de la montaña, buscando el “camino de los fuertes”, por el que avanzó en 1572 un pequeño grupo del ejército atacante.

Con Nicanor Quispecusi y Jaime Quispe, caminamos sobre la nieve para llegar a la aislada aldea de Porcay.

Porcay

Y al día siguiente, más al oeste, en el Abra Dolores encontramos un gran conjunto de graderíos incas muy bien conservados, no registrados todavía por el ministerio de cultura, que superaban los quinientos metros de desnivel.

Después tuvimos que prescindir de caballos y mulas durante tres días, contemplando la majestad del Choquezafra, para llegar hasta Wayna Pucara. Donde encontramos los restos de la antigua fortaleza con una grieta en la roca por la que solo cabía un hombre.

Todo coincidía con las descripciones históricas. Habíamos seguido por la cuchilla el abrupto camino de los fuertes donde comprobamos como dicen las crónicas que había restos de fortificaciones.

Comenzamos a explorar el valle despoblado por donde discurre el río Choquezafra y allí encontramos muchos restos prehispánicos entre la vegetación.

Valle de Rangahuayco 2003

En 2004 me propuse explorar el misterioso valle del río Rangahuayco caminando río arriba desde el angosto cañón de Pintobamba. Fue imposible porque los ríos bajaban crecidos por lluvias intensas. Allí me hablaron de un sitio cercano donde había ruinas antiguas.

Junto al río Pampaconas tomamos un angosto sendero en dirección sur que lleva hacia Acobamba por la margen derecha del arroyo Pomorine. En una alta planicie de casi medio kilómetro, cubierta de árboles llamada Kusiccoillor, - compuesto por dos palabras quechuas: Kusi, alegre; ccoillor, estrellas- encontramos entre la vegetación, restos de otro poblado inca, con edificios cuadrados y circulares.

 En la parte exterior de los muros, por la acción de la lluvia y las raíces de las plantas, no se apreciaban restos del mortero que sujetó las piedras pero se conservaban restos en la parte interior de los muros. Este conjunto está situado al oeste del valle del Choquezafra y en mi opinión forma parte del complejo de estructuras articuladas en torno a la capital del reino Inca perdido.

Kusiccoillor

2005 “VILCABAMBA-ESTRELLA DE GALICIA”

En 2005 contamos con el patrocinio de HIJOS DE RIVERA SA, coincidiendo con el centenario de la fundación la empresa fabricante de cerveza ESTRELLA GALICIA. Y con su apoyo conseguimos por fin entrar por el desfiladero de Pintobamba, para lo que tuvimos que hacer varios puentes.

Nos internábamos en un territorio que no había sido explorado por investigadores, ni recorrido por ningún campesino de la comarca; en los abruptos y despoblados valles de la vertiente norte del gran Nevado Choquezafra de 5.164 m.s.m.

Exploraciones 2002-2005

Me acompañaban el arqueólogo cusqueño Alfredo Candia; la suiza Julia Vonweber, y mis hermanos Antonio y Dario. Junto con Nicanor Quispecusi y Custodio Puma, como guias; diez porteadores y macheteros: Jaime Quispe Condori, Zaqueo Huamán Apaza, Marcián Navarro Chungui, Adrián Sucso Torres, Gabino Portugal Chipe, Felipe Quisquipuzi Quispe, Wilbert Luque Luque, Lider Avilés Mantari, Felipe Quispe Tapia, Bernardo Huamán Laura.

Custodio Puma era el único vecino de la comarca que en una ocasión se internó en el citado valle buscando terrenos para cultivar, aunque desistió enseguida ante la extrema dificultad del desfiladero. Bajo su dirección, el 16 de septiembre construimos el primer puente sobre el río Pampaconas, con la técnica tradicional mediante la colocación de tres grandes troncos sujetos con travesaños de madera atados con fibras vegetales.

Después remontamos el río Choquezafra construyendo puentes en lugares estratégicos sobre el cauce y escalando en ocasiones las laderas rocosas del estrecho desfiladero.

Iniciamos las exploraciones de la ladera y el arqueólogo Alfredo Candia identificó cincuenta y tres andenes, hasta lo alto de la montaña y en la zona superior dos grandes andenes con estructura de carácter “noble”, que era utilizada sólo en la construcción de andenes para el cultivo de alimentos de uso sagrado o para consumo del Inca.

Remontando el cauce del Choquezafra llegamos a una gran catarata que ningún campesino conocía y nos obligó a abrir paso entre la vegetación y subir por la empinada ladera.

En días sucesivos nos abrimos paso ascendiendo por la montaña para tratar de localizar nuevas estructuras; aunque la identificación era muy lenta por la densidad de la vegetación. Fue muy significativa la aparición de muros de viviendas incas, lo que nos orientó para la localización del núcleo residencial de Vilcabamba la Grande.

2006 “VILCABAMBA- ESTRELLA GALICIA”

En 2006, en el centenario de su fundación, patrocinó nuestra investigación la empresa HIJOS DE RIVERA, fabricante de la cerveza Estrella Galicia.

En colaboración con la Escuela de Arquitectura de la Universidad de A Coruña y la Facultad de Historia de la Universidad de Santiago; las cuales seleccionaron a tres estudiantes beneficiarios de las becas ofrecidas por ESTRELLA GALICIA: Lara Medín López y Alejandro Pérez Villar de arquitectura y Emilio Rodríguez Alvarez de arqueología.

El equipo arqueológico estaba integrado por Alfredo Candia; con dos arqueólogos ayudantes: Lidia Martínez Pilco y Gilberto Tarco Sánchez.

El equipo local estaba integrado por trece personas: Nicanor Quispecuzi Palomino, Jorge Cobos, Adrián Sucso, Henry Huamán, Julio Cesar, Fredy Palomino, Eloy Peralta, Zaqueo Huamán, Plinio Coisso, Herbert Candia, Braulio Candia, Francisco Luque, Abel Huamán.

Identificamos conjuntos de cinco viviendas circulares, así como andenes dedicados a cultivos y a contención del terreno. Estos hallazgos se sitúan en las proximidades de la zona donde encontramos baños, escalinatas y otros recintos en el año 2002.

En julio de 2007 regresé a Vilcabamba con el arqueólogo cusqueño, Fredy Ccopa Irco. Seguimos explorando aquel misterioso valle despoblado, rodeado de cataratas y barrancos. Con Nicanor Quispecusi Palomino como guía, con el apoyo de ochos ayudantes locales: Elvin Yucra Aguila, Felipe Quispecuzi Quispe, David Quispecusi Condori, Raul Quispicusi Condori, Atilio Quispecuzi Cobos, Ivan Quispecuzi Cobos, Justiniano Vargas Uimere.

Encontramos nuevos restos arqueológicos y ampliamos las exploraciones en torno al valle de Lugargrande.

El próximo objetivo era organizar para el año siguiente las primeras excavaciones y conseguir identificar las principales sestructuras de la capital perdida, oculta por la vegetación selvática.